Afirmar que el diseño de nuestras viviendas y edificios van a cambiar, no será una afirmación muy arriesgada.
Las ciudades y la humanidad se adaptan rápido a las nuevas realidades pero que efectos tienen todos estos cambios sobre nuestra vida.
Muchas viviendas, mobiliarios, edificios que hoy en día los vemos como algo muy normal y útil se han creado debido a estos tipos de acontecimientos que han ocurrido durante los siglos pasados. Tenemos como ejemplo las nuevas ciudades que se crearon en Inglaterra debido al cólera, el plan Haussman en París debido a las guerras, épocas de hambruna o sublevaciones o la aparición de los muebles empotrados al principios del siglo XX, cuando los armarios de antaño se empezaron a considerar antihigiénicos
La vivienda siempre ha intentado adaptarse a las necesidades de la población, y cuando éstas o sus costumbres sociales cambian, es también cuando surgen ideas de transformación.
Durante todo este tiempo del confinamiento, nos hemos dado cuenta que todo se resume a una pantalla con conexión a internet. El trabajo, el gimnasio, el colegio, las cenas con amigos, las compras o el cine, todas han sido posible gracias a esto. Esto nos hace pensar en una transformación de los espacios, espacios flexibles o modulares.
Repensar la vivienda
Más de un 90% de las viviendas hoy en día tienen espacios rígidos con usos con usos claramente asignados: salón, cocina, dormitorio, baño, etc. De noche a la mañana nos vimos obligados de convertir estos espacios en zonas multipropósitos. Esto ha ocasionado muchos problemas y dificultades debido a la forma en la que han estado siendo diseñadas.
Los porcentajes de la iluminación y la ventilación natural de la vivienda tal como piden las normativas hoy en día son bastante bajos. Con esta pandemia se espera a un cambio de visión de estos porcentajes, de los espacios exteriores de la vivienda y sobre todo de potenciar las terrazas comunitarias que las hemos perdido durante los años.
Espacios de trabajo readaptados
Los espacios de trabajo van a ser uno de los primeros afectados. Si hasta unos pocos meses hemos trabajado en oficinas donde más del 80% era dedicado a espacios abiertos, después de esta pandemia nos esperemos a una reconsideración de las oficinas, cerradas con algunas personas.
Posiblemente las oficinas van a desaparecer poco a poco y van a aparecer más viviendas. Después de este experimento de dos meses con el teletrabajo hay una gran probabilidad de que las empresas verán una oportunidad la implementación del teletrabajo.
Nueva movilidad
El uso innecesario del coche, este modelo que tanto se ha intentado potenciar en los últimos años mediante el transporte público quizás ya ha llegado. El teletrabajo y la flexibilidad de los horarios evitaran la necesidad de grandes desplazamientos y el transporte público bajará su ocupación. Tal vez estamos más cerca que nunca de la utopía de la slowcity o de la movilidad sostenible.
Urbanismo táctico
Las calles de nuestros barrios, de nuestra ciudad están experimentando un cambio de uso espontáneo. Estamos viviendo tiempos que parecen irreales, donde las personas ocupan el espacio que solían ocupar los coches: zonas de aparcamiento para patinar, rotondas como nuevos espacios infantiles, etc. Hablamos de un redescubrimiento y de una transformación de los espacios públicos.
El urbanismo táctico podría ser un buen acompañante de este fenómeno. Eliminar un porcentaje del espacio dedicado al coche para aumentar el espacio público no requiere mucho esfuerzo y puede mejorar la calidad urbana favoreciendo actividades diversas.
